Bronquitis infecciosa

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El virus de la Bronquitis Infecciosa Aviar (IBV, por sus siglas en inglés) es capaz de infectar a diversas especies de aves, aunque hasta el momento solo se ha notificado como agente causante de  enfermedad en Gallus gallus domesticus.

Es probablemente una de las enfermedades avícolas más extendidas en  todo el mundo, debido a su naturaleza altamente contagiosa.

Causada por un gamma Coronavirus que afecta los sistemas respiratorio, urinario y reproductivo de los pollos, causando diferentes trastornos dependiendo de las características de tropismo tisular de la cepa viral invasora.

Un problema adicional es la alta tasa de mutación y la capacidad de recombinación del virus IB. Es por eso, que dentro del virus de la Bronquitis Infecciosa encontramos distintas cepas que pueden causar distintos problemas.

Origen de la bronquitis infecciosa

Pertenece a la familia Coronaviridae y es el principal representante del género Coronavirus.

El material genético del virus de la Bronquitis Infecciosa aviar consiste en una cadena sencilla de ARN que codifica para 3 proteínas estructurales  principales, proteína S o Spike (que a su vez está compuesta por la subunidades S1 y S2), proteína de la nucleocápside (N), proteína de la membrana (M), así como para la proteína E de la envoltura.

La proteína S1 es la que desempeña un papel más importante en la  existencia de una gran cantidad de cepas virus y en la inducción de anticuerpos protectores en el hospedador.

¿Qué causa y cómo se transmite la bronquitis infecciosa?

Transmisión

El virus IBV se transmite a través de las descargas respiratorias y las heces, por lo que puede contaminar el aire en forma de aerosol, la comida y el agua, así como los  equipos e instalaciones en contacto con las aves enfermas.

Excreción

El pico de excreción se produce entre 3 y 5 días tras la infección, pero tanto las aves  infectadas de forma natural como las vacunadas con ciertas cepas vivas pueden  excretar el virus de forma intermitente hasta 20 semanas tras la infección.

Incubación

El período de incubación del IBV es corto y depende de la dosis; puede ser menos  de 18 horas cuando el virus se inocula por vía intratraqueal o 36 horas después de la aplicación ocular (Cavanagh & gelb Jr., 2008). La gravedad de la enfermedad depende  de muchos factores:

  • Cepa que está produciendo la infección.
  • Edad de los animales infectados.
  • Estado inmunitario de los mismos.
  • Dieta de las aves.
  • Nivel de estrés de los animales.
  • Presencia o no de  coinfecciones por Mycoplasma gallisepticum, Mycoplasma synoviae, Escherichia coli y/o Avibacterium paragallinarum, por ejemplo, que pueden agravar mucho el cuadro clínico.

Los pollos y gallinas de todas las edades son susceptibles a la infección. La enfermedad es más grave en pollos de hasta 3-4 semanas de edad con patología  respiratoria clínica y resultados fatales. A medida que avanza la edad, las aves se vuelven más resistentes.

Signos clínicos

En pollos de hasta 4 semanas de edad, la enfermedad se manifiesta en forma de signos respiratorios graves (estornudos, tos y estertores). Se observa rinitis, conjuntivitis y depresión.

La tasa de morbilidad puede alcanzar el 100%. La mortalidad en pollos jóvenes suele ser insignificante a menos que ocurra una infección secundaria con un agente diferente.

En aves de un día de edad, la infección por IB puede dañar permanentemente el oviducto, influyendo en la producción de huevos y la calidad del huevo durante el período de producción.

En gallinas de puesta, las consecuencias son la caída en la producción de huevos, la aparición y el aumento en el número de  huevos deformados y despigmentados o huevos con cáscaras blandas y albúminas acuosas.

El efecto nefropatogénico de la infección por IBV generalmente se manifiesta en pollos mayores de 4-6 semanas de edad, y las lesiones del tracto reproductivo después del inicio de la puesta (Crinion & Hofstad, 1972; albassam et al., 1986).

La severidad de la infección respiratoria debida a IBV se puede  acentuar por patógenos bacterianos o virales secundarios como E. coli, Mycoplasma gallisepticum, virus de la enfermedad de Newcastle,  etc., resultando en aerosaculitis crónica y neumonía.

El abanico de lesiones que podemos encontrar en función del tropismo de las cepas implicadas son:

1

Engrosamiento de la mucosa respiratoria, con exudado catarral en cornetes nasales, tráqueas, bronquios y sacos aéreos.

2

Riñones pálidos y tumefactos, con los uréteres distendidos llenos de uratos.

3

En gallinas ponedoras: ooforitis y lesiones que afectan principalmente al tercio medio y final del epitelio de la mucosa del oviducto. El oviducto está atrofiado, quístico, con depósitos de yemas o huevos completamente formados en la cavidad abdominal (la llamada falsa ponedora).

¿Cómo diagnosticar la bronquitis infecciosa?

Las muestras para la identificación del IBV deben recogerse tan pronto como sea posible después de la aparición de signos clínicos, y enviarlas refrigeradas lo antes posible al laboratorio donde se analizarán.  

Para las aves vivas, los hisopos deben tomarse del tracto respiratorio superior y de la cloaca. A partir de cadáveres, se deben usar muestras de tejido de la tráquea, tonsilas cecales y los pulmones. En las aves que presentan nefritis o problemas de producción de huevos, también se deben tomar muestras de los riñones y el oviducto. 

Este diagnóstico inicial se confirma mediante la identificación del agente por métodos moleculares (RT-PCR) o mediante pruebas serológicas. Es importante identificar el serotipo o genotipo del virus, vista la tasa extremadamente alta de variación antigénica entre las cepas de IBV y las diferentes vacunas específicas del serotipo (Cavanagh y gelb Jr., 2008). 

Prevención y tratamiento frente a la bronquitis infecciosa

A través de numerosos ensayos de laboratorio y de campo, se demostró la seguridad y la eficacia de estas vacunas, en combinación con una vacuna viva tipo Mass. 

Los protocolos adecuados de aplicación de pulverización utilizando Desvac®  ILS (spray en línea) y los procedimientos de monitoreo post-vacunación bien definidos, como los definidos por el programa Ceva C.H.I.C.K., ayudan a lograr una alta tasa de vacunación y una calidad adecuada de aplicación, aumentando la protección del rebaño contra la bronquitis infecciosa. 

Prevención Ceva

Cevac Ibird

CEVAC® Ibird

Para la inmunización activa de pollos de engorde y pollitas futuras ponedoras para reducir el efecto perjudicial de la infección sobre la actividad ciliar y la presencia de virus en tráquea que puede evidenciarse mediante síntomas clínicos respiratorios. La protección ha quedado demostrada mediante desafío con la cepa 793/B, cepa representativa del grupo 793/B.

Establecimiento de la inmunidad: 3 semanas después de una vacunación.

Duración de la inmunidad: 6 semanas después de la vacunación, 9 semanas en pollitas futuras ponedoras después de la primera vacunación por nebulización.

Cevac Mass L

CEVAC® Mass L

Para la inmunización activa de pollos de engorde y futuras ponedoras frente a la bronquitis infecciosa (serotipo Massachusetts), para reducir los signos clínicos respiratorios, el efecto perjudicial en la actividad ciliar y la presencia del virus en tráquea. La protección ha sido demostrada mediante desafío con la cepa Massachusetts M41. 

 Establecimiento de la inmunidad: 3 semanas después de la vacunación.  

Duración de la inmunidad: 9 semanas después de la vacunación. 

Referencias

Usted se dispone a acceder a información sobre
las especialidades farmacéuticas de Ceva autorizadas por
la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

Esta información está dirigida exclusivamente al profesional sanitario facultado para prescribir o dispensar medicamentos, ya que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.

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