Anualmente, la Autoridad para la Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) y el Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC), publican un informe sobre la prevalencia de Salmonella en los diferentes estados de la UE.
El último informe publicado en 2016 (aprobado y publicado en Noviembre de 2017*), mostró que la situación general es buena en la mayoría de países, manteniendo la prevalencia de los dos serotipos de mayor interés (S. enteritidis y S. typhimurium), por debajo del umbral del 2%.
Todos los estados de la UE trabajan bajo las mismas directivas y con un objetivo común, pero cada uno de ellos ha adaptado estas normas generales a las condiciones concretas de sus mercados locales, por medio de los Programas Nacionales para el Control de Salmonella (PNCS*).
La gran mayoría de medidas para el control de Salmonella son comunes, excepto una herramienta, la vacunación.
Algunos estados con prevalencias en origen muy bajas, particularmente los escandinavos, prefirieron controlar la Salmonella sacrificando todo el lote infectado, mientras que la gran mayoría de países pasaron a utilizar la vacunación como herramienta para prevenir la infección.
Resulta interesante analizar los datos publicados por EFSA ECDC, comparándolos con las diferentes estrategias adoptadas por cada país, así como el tipo de vacuna utilizada en cada uno de ellos. Estos datos están referidos exclusivamente a Salmonella enteritidis (SE) y Salmonella typhimurium (ST), ya que la gran mayoría de vacunas registradas y disponibles en la UE, tienen la prevención de la colonización por parte de estos dos serotipos como objetivo. (Gráfica 1,* y datos propios)
Sacrificio
El estudio inicial de prevalencia llevado a cabo por la EFSA en gallinas ponedoras mostró que:
La baja prevalencia inicial de estos países, sumado a unas condiciones ambientales favorables, hicieron que las autoridades de éstos se decidieran por la política del sacrificio de todo lote contaminado como método básico de control. En estas condiciones, esta estrategia tiene las ventajas de la rapidez y un coste ajustado.
Por otro lado, el resto de países apostaron por la vacunación, dado que las prevalencias iniciales eran mayores, y las condiciones climáticas más favorables para el crecimiento bacteriano.
Vacunación
El objetivo de la vacunación frente a Salmonella es inmunizar previamente a las aves, de forma que aunque una fuente de contaminación entre en la granja y se mantenga en el ambiente, no llegue a infectar a aves correctamente vacunadas.
Este punto es especialmente importante en Salmonella, dado que las posibles fuentes de contaminación son múltiples (pienso, roedores, fauna salvaje, vectores, etc.), y la persistencia de Salmonella en distintas matrices por largos periodos de tiempo está demostrada(*).
El término “correctamente vacunadas” es particularmente importante para la industria avícola, puesto que el éxito de la estrategia global para el control de Salmonella depende en gran medida de este punto inicial, y cualquier factor que la comprometa puede generar un problema de salud pública, y como consecuencia, una mala imagen para todo el sector.
Por ello, la decisión sobre el plan vacunal a utilizar frente a Salmonella es crítica, y debería considerar todos los factores de riesgo presentes en cada caso en particular.
Reducir la dosis administrada, o emplear planes vacunales no avalados por las especificaciones puede parecer atractivo económicamente, y hasta efectivo si no existe un desafío, pero extremadamente costoso en caso de que aparezca una fuente de contaminación y un desafío real.
La vacunación es una estrategia preventiva, y al igual que las pólizas de seguros, es necesario cumplir las condiciones para que éste brinde su cobertura.
Las vacunas registradas requieren de estudios precisos para demostrar su protección frente a desafíos en dosis y fechas determinadas. Es esencial conocer el plan vacunal propuesto por el fabricante, y ceñirse a éste, cualquier variación implica adentrarse en lo desconocido, y el riesgo de obtener un resultado incierto.
¿Vacunas vivas o inactivadas?
El informe de la EFSA muestra que ambas son útiles, asumiendo que son utilizadas adecuadamente, y que otros pilares básicos, como bioseguridad y manejo no son descuidados.
No obstante, es importante remarcar ciertas diferencias:
Vacuna viva
Dependiendo de la cepa utilizada, las vacunas vivas pueden empezar a proteger desde los 7 días tras la primera vacunación (que generalmente se aplica el primer día de vida).
Vacuna inactivada
Las vacunas inactivadas requieren de dos aplicaciones y dos semanas adicionales para iniciar su protección, lo que nos lleva a inicios de protección superiores a las 17 semanas de vida.
La necesidad de cubrir este periodo crítico durante la recría, ha hecho que muchos técnicos y explotaciones utilicen planes vacunales basados en la utilización exclusiva de vacunas vivas, o mixtos, consistentes en 2 vacunaciones vivas, seguido de una inactivada.
Algunos planes vacunales mixtos están avalados por estudios de desafío (como el basado en el trabajo de Springer et al. 2011*), por lo que se puede utilizar con seguridad frente a SE y ST, aunque no proporciona diferencias significativas respecto al plan vacunal original basado en 3 aplicaciones de vacuna viva atenuada.
Por otro lado, la aparición de nuevos serotipos emergentes (SE Fagotipo 8, ST monofásica), añade más incógnitas a la situación actual, puesto que en ausencia de estudios de desafío, la protección de planes vacunales mixtos, o incluso los basados en vacunas vivas con menos dosis de los indicados (2 en lugar de 3, o la utilización de diferentes cepas como recuerdo), no está determinada, y por lo tanto, es desconocida.
En general, la mayor parte de vacunas vivas atenuadas registradas, requieren de un plan vacunal formado por 3 aplicaciones (a excepción de Cevac Salmovac*), mientras que las inactivadas requieren de 2.
Solo cuando las vacunas son utilizadas conforme a las especificaciones, podemos esperar un resultado conforme las indicaciones.
Los casos de Hungría y Polonia llaman particularmente la atención, puesto que en ellos es común utilizar planes vacunales basados en 2 aplicaciones de vacunas vivas atenuadas, y ambos presentan una prevalencia superior a otros países con censos y regulación similares, agravado con una evolución negativa durante el último año registrado.
Otro factor relevante en la efectividad de las vacunas es su correcta administración, punto especialmente importante en el caso de vacunas vivas atenuadas. Su mera aplicación no significa necesariamente que protejan la explotación.
Es necesario verificar previamente puntos críticos como por ejemplo:
- Calidad del agua.
- Uso de colorantes para comprobar el % de aves vacunadas.
- Uso de las cepas vacunales resistentes que permitan la verificación de la excreción.
La implantación de auditorías de las vacunaciones llevadas a cabo por técnicos especialmente formados, ha sido una de las claves que han permitido al Reino Unido a reducir dramáticamente su prevalencia, comparado con otros países de la UE con censos y condiciones climáticas similares.
Programas vacunales mixtos
España es un buen ejemplo de mercado donde los planes vacunales mixtos son frecuentes y populares, utilizando generalmente 2 dosis vivas, y una inactivada.
El argumento tradicional es que las dos vacunaciones tempranas con una vacuna viva atenuada protegerán al ave durante la recría, y la inactivada mantendrá altos niveles de anticuerpos, durante el periodo de puesta.
Existen trabajos que muestran que un plan vacunal mixto determinado (Cevac Salmovac+ Gallimune SE ST) ofrece una protección similar frente a SE fagotipo 4 y ST DT 104, hasta las semanas 71 y 74 respectivamente (Springer et al. 2011*), comparado con un plan compuesto estrictamente por 3 vacunas vivas.
Existen también trabajos (Springer et al. 2013*), que muestran que una vacunación mediante 3 dosis de una vacuna viva de SE atenuada (Cevac Salmovac) protege también frente a serotipos emergentes como SE Fagotipo 8 y ST monofásica, poniendo de relieve, que existe una protección cruzada efectiva entre ellas.
Existen datos pendientes de publicación que muestran que la misma cepa muestra también protección efectiva frente a los fagotipos 1, 8, 10 y 21, lo que muestra el potencial protector de cepas vivas atenuadas altamente inmunógenas.
Recientemente en enero y marzo de 2017 se dieron en nuestro país dos brotes de SE fagotipo 56(*), a la vez que se reportaron diferentes brotes en otros países europeos, este es solo un ejemplo, de la evolución y los retos a los que se enfrenta la avicultura moderna.
Conclusión
Existe una creciente preocupación a nivel europeo, respecto a un repunte en la prevalencia de Salmonella en avicultura, ligado a la aparición de serotipos emergentes.
Sacrificio y vacunación son herramientas eficaces, su elección depende de criterios ambientales, de prevalencia y económicos.
En países con mayor prevalencia y clima cálido, la vacunación junto a la bioseguridad y el manejo, son los pilares básicos del PNCS que ha resultado en un caso de éxito.
Disminuir una prevalencia de por sí baja, representa un reto aún mayor. La mejora de los planes vacunales, la utilización conforme a especificaciones de las vacunas registradas, y las auditorias de vacunación son herramientas de fácil aplicación que pueden resultar en grandes avances para el sector.
* La bibliografía será facilitada bajo petición